miércoles, 4 de septiembre de 2013

Naufragio, una novela de Beatriz Menéndez Vico

“Se levantó para irse a su casa pero desistió, el padre ausente, la hermana viviendo con el viejo de La Lisa, las calles sucias y llenas de baches, el calor y la sensación de sentirse devorado por la fatalidad. Todo dentro de él destruyéndolo, no existía ninguna atadura, no compartía la sumisión de los que creían en el sacrificio eterno, vivía escudando los golpes, perdido en la ciudad amada, en su pobreza”.

(NaufragioBeatriz Menéndez Vico, colección Sitio de fuegoEditorial Baile del Sol)



Hay más nombres, más escritores que Leonardo Padura Pedro Juan Gutiérrez en la actual república de las letras cubanas. Voces que por una u otra razón todavía no suenan más allá de las fronteras de ese país que es una isla con forma de caimán dormido.Pero que son nombres que están ahí y su naturaleza, al igual que la naturaleza que anima la obra de Padura y la de Gutiérrez, extrema y radical en sus primeros trabajos, proponen una visión que trasciende la realidad política y destila una preocupación por los personajes y el entorno, La Habana, que hace coincidente los relatos y las situaciones que se puede encontrar entre los narradores cubanos de los últimos tiempos.En este aspecto, tiene mucho de generación, y de generación perdida Naufragio, la primera novela de Beatriz Menéndez Vico (La Habana, Cuba, 1973), en el que se narra con tono lírico y crepuscular el final de un grupo de hombres y mujeres, más o menos de la misma edad, durante uno de los años más duros e intensos de la historia reciente cubana y que el régimen acuñó profilácticamente como Periodo Especial.Un Periodo Especial que pareció hundir social y políticamente al régimen castrista tras el desmoronamiento de los países que hasta ese entonces eran parte del bloque del Este. O los países cuya orientación ideológica se escoraba hacia el socialismo que emanaba de la extinta Unión de República Socialistas Soviéticas.Lo que sorprende sin embargo, y lo que anima a la lectura de Naufragio es que Beatriz Menéndez Vico no quiere hacer literatura política, sino narrar con cierta distancia el final de los sueños de la que, probablemente, ha sido la generación mejor formada por la revolución. Una revolución que terminó ninguneando a su descendencia por exigirle sacrificios terribles sin prometer nada a cambio.A medida que se avanza en su lectura, lo más atractivo de esta novela es la ausencia de rencor y de ajuste de cuentas que la mueve. Se trata, y así lo deja claro la escritora a lo largo de todo el libro, de contar cómo afectó a esos jóvenes de finales de los ochenta e inicios de los noventa el final de un proyecto político e ideológico que exigía, ya no pedía, lo imposible. Un proyecto político además que fue incapaz de confiar en sus herederos, manteniendo unas estructuras que, como la mayoría de los edificios de La Habana, hoy son más que testigos, parodias de un tiempo mejor.Y estos elementos, combinados sin furor por la escritora, hace que su lectura vaya más allá del espacio geográfico en el que se enmarca, y sea un título curioamente pegado a estos días. Días donde se devora la esperanza de miles de personas con independencia de donde haya nacido o de donde se haya convertido.Beatriz Menéndez Vico se muestra en esta novela como una sólida escritora de personajes. Una voz que sabe dotar de voces, rasgos distinguibles, de hacer creíbles a sus protagonistas.Tiene mucho de realismo esta novela, pero un realismo que Menéndez Vico empapa de poesía, lo que atenúa el poso profundo de pesimismo que se respira en ella, en sus historias.Al mismo tiempo, Menéndez Vico relata las razones que provocaron el abrupto despertar de esa generación, la de los ochenta, a una realidad cuya prédica revolucionaria fue incapaz de evolucionar más allá del Patria o muerte ¡venceremos! sin elevar nunca el tono, solo radiografiando la frustración de unos jóvenes que apenas tienen espacio en el que desarrollarse y progresar, lo que los condena a actos que, no pueden ser visto de otra manera, implica imposibles y trágicos heroísmos o invita a una resignada sumisión.Naufragio te hace reflexionar, y descubrir con asombro que muchos de los errores de un sistema que pareció ser generoso en su reparto de oportunidades hoy es más bien un dinosaurio que se resiste a evolucionar.Novela coral, Naufragio cuenta muchas historias dentro de otras historias pero todas coinciden en el intento de sus protagonistas por hacerse un espacio dentro de una sociedad que se hunde porque ha perdido contacto con la realidad, con las víctimas del naufragio.

Saludos, cae la tarde, desde este lado del ordenador.

http://www.elescobillon.com/2013/09/naufragio-una-novela-de-beatriz-menendez-vico/

No hay comentarios:

Publicar un comentario