viernes, 27 de marzo de 2015

STONER DE JOHN WILLIAMS

Stoner John Williams
He leído Stoner en formato digital. Supongo que, como en el mío, en todos los aparatos existe la opción de subrayar. Cuando el ebook está conectado a la red todo se vuelve indiscreto y se puede ver la cantidad de personas que han marcado palabras, frases o párrafos enteros. Extrañamente, nunca suele ser una sola. El número oscila entre las veinte y las sesenta personas. Al menos en Stoner. Qué maravilloso es que a todos nos gusten los mismos fragmentos, las mismas frases sabias sobre la vida, el amor y la muerte. Qué bien nos tenemos que sentir al ver que tantas otras personas comparten aquello que nos ha conmovido tanto…
Stoner John Williams
William Stoner es un pusilánime bastante indolente la mayor parte de su vida. El único momento en el que algo de sangre le corre por las venas es cuando decide dejar la ingeniería agrícola que estudiaba en la universidad y pasarse a la literatura. En alguna clase de las que imparte más tarde, cuando se convierte en profesor, muestra algo de pasión, pero nunca en los momentos más importantes de una vida: ni en la vida, ni en la muerte, ni en el 
Stoner John Williams
matrimonio, ni en la deslealtad, ni en la traición. Ni siquiera en los paseos que da por el campus. Es doloroso aunque otros lo llamen estoicismo.

Williams es narrador omnisciente, lo que significa que el lector sabe lo que piensa realmente Stoner y lo compara, siempre, con su forma de actuar.  Al principio, como he dicho, es desolador, pero a medida que avanza la novela tanto Stoner como Williams enseñan que hay otros modos de vivir. Y al final, cuando ya todo es decadencia y Stoner (sí, el simbolismo del nombre no puede pasar desapercibido) repasa su vida, sentir respeto por él es inevitable. Aunque no se entienda su impasibilidad.

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