martes, 2 de febrero de 2016

Reseña de CONTRA VISCONTI de J.Jorge Sánchez en Caja negra



No pretendo que este blog se convierta en escaparate de novedades, en parte por pereza de consumidor harto de cambiar de móvil y en parte por rigor selectivo de paja y grano estético. Pero en este caso la excepción es obligada. Mi hermano J. Jorge Sánchez ha publicado, finalmente, su quinto poemario. Teniendo en cuenta su marginalidad -voluntaria- con respecto a las estrategias habituales de muchos poetas (cacería de premios, adhesión a capillas literarias, etc.), me parece que esa tenacidad tiene mérito objetivo y ya conforma ni más ni menos que una trayectoria. Todo ello en un ámbito, además, extremadamente profuso y escaso de brújula como es el de la poesía actual. 
Después de, entre otros retos, enfrentarse al problema del Mal en Del Tercer Reich y después de la poesía densa y antilírica de Bajo la lluvia, llega este nuevo libro, de título inesperado que sin duda propone un ajuste de cuentas con la educación sentimental-ideológica de una generación.
Pero no sólo Visconti es objeto poético de un volumen deliberadamente heterogéneo: el lector, obligado a un primer instante de perplejidad, encontrará una nueva combinatoria en la que Espriu, Auden o Kavafis coexisten con Michael Jordan, Ikea o Anatomía de Grey, y también con Mao o Radovan Karadzic. Es, desde luego, más que una poesía de la "experiencia cultural" o del posmodernismo inane y anglófilo, como demuestra el epílogo, una reflexión en prosa sobre lo postpoético que, en absoluto se parece a lo que Fernández Mallo y otros pudieran definir con el mismo nombre, y que a buen seguro suscitará cierta incomodidad entre los idólatras de una poeticidad sagrada e invulnerable.
En realidad, se trata de una ampliación de la poética con que se inicia el libro: "Toda materia es objeto de materia poética. / Ninguna forma es sujeto de la forma poética", que resume perfectamente la opción, no exenta de riesgos, por la que mi hermano lleva muchos años apostando. Una opción que prioriza las posibilidades reflexivas del poema sobre cualquier, digamos, incitación de los significantes o cualquier hermetismo visionario e inaccesible.
No sé si nuestro modelo han de ser los Goytisolo o las Brontë; sea como sea, no quiero que mi entusiasmo perjudique de alguna forma al libro, por lo que me limitaré a recomendarlo a todos aquellos que no están interesados en la poesía del tipo "tú me llamas, amor, yo cojo un taxi" (búsquese en Google). Y a desearle al autor la mejor de las suertes.

Pablo Sánchez - Caja negra

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